Edurne Mugarza Strobli ha gustado de joven la ciencia, sobre todo la ciencia molecular y celular. Dice que la medicina también le parecía muy interesante, “pero no me veía como médico”. Estudió bioquímica. En aquella época se dio cuenta de la importancia de la investigación para curar muchas enfermedades. “Siempre he tenido un interés especial por el cáncer y detrás de todos los medicamentos que se utilizan en medicina hay un trabajo de investigación enorme. Eso me animó a hacer prácticas en el laboratorio. Me encantó su dinámica y me di cuenta de que quería seguir en este mundo”, ha explicado. Y añade: “Entré poco a poco en este mundo y de momento no me he arrepentido”. Para ello ha acudido a mucha gente, ya que para adquirir la experiencia es imprescindible realizar las prácticas, pero no es fácil ser admitido en un laboratorio de prácticas. Por lo tanto, considera que hay que ser emprendedor: “Cada uno tiene que buscar sus opciones, es decir, si quieres algo, tú tienes que buscar el modo para conseguirlo”. Por otro lado, reconoce que el trabajo de investigador tiene aspectos positivos y negativos. “Para la mayoría de las personas es muy difícil entender las horas que pasamos en el laboratorio. Esta no es una profesión de tipo '8 horas diarias'. Es fácil estar en un día normal 10-12 horas en el laboratorio o trabajar los fines de semana. Te tiene que gustar mucho lo que estás haciendo. Pero también tiene cosas buenas, por ejemplo, no hay horarios, cada uno puede distribuir el tiempo como quiera”.
Además, Mugarza considera que tener una buena relación con sus compañeros de trabajo tiene una gran importancia. “Estoy convencido de que esto es muy importante en todas las profesiones, pero especialmente en esta, no sólo porque pasamos muchas horas juntos, sino porque poca gente puede entender lo que se siente cuando un experimento no funciona”. Es más, dice que cada día aprende algo de sus compañeros: “Es muy motivador estar en un ambiente en el que todas las personas tengan pasión por la ciencia”. Ahora se está doctorando en Londres, donde pasará los próximos cuatro años. Después, no sabe lo que va a hacer. Puede que siga investigando, pero si quiere probar algo más tiene claro que será en el campo de la ciencia o la medicina.
“No tengo mucho sueño”, dice modesto. Sin embargo, hay algo que encantaría: “Para mí lo más bonito sería ayudar a un paciente que un día sufre cáncer por algo que he descubierto o trabajado”.
Edurne Mugarza Strobl nació en Pamplona en 1992. Estudió Bioquímica en la Universidad de Navarra durante cuatro años y pasó aquellos veranos haciendo prácticas en Pamplona y Chicago. Después pasó dos años cursando el máster en Alemania, especialidad de Biología Cancerosa, y durante 3 meses realizó prácticas en Londres. Ahora se encuentra en el instituto Francis Crick de Londres, donde cursa doctorado, donde pasará los próximos cuatro años en un proyecto de inmunología de cáncer.