El caso de Ostaizka Aizpurua Arrieta es un ejemplo de las dificultades y dificultades que encuentran las investigadoras para desarrollar su carrera profesional. No obstante, lo relata tranquilamente, convencido de que su petición es totalmente razonable y tiene derecho a recibir respuesta.
Hasta hace poco todo ha ido “normal”. Tras la realización de su tesis en la UPV/EHU, tuvo la oportunidad de quedar como investigador postdoctoral, “con la intención de buscar respuesta a las preguntas que quedaron pendientes a lo largo de la tesis”. Y todavía está en ello.
Como el contrato es de un año, empezó a mirar qué podía hacer. Tenía claro que quería seguir investigando. “Las becas que se concedan en Europa para ser investigador postdoctoral tienen una duración de dos años y deben estar en el extranjero. Pero el Gobierno Vasco tiene otros y con ellos pasas dos años fuera y vuelves para hacer el tercero. Así que elegí eso. Decidí visitar el Museo de Historia Natural de Copenhague, uno de los centros de investigación más avanzados de toda Europa. Además, me permitiría ampliar un poco el marco en el que he trabajado hasta ahora”.
Ha precisado que seguiría con el murciélago dactilar, pero hasta ahora ha investigado aspectos ecológicos y sensoriales, donde estudiaría la microbiomica y la fisiología alimentaria. Para ello ha recibido el visto bueno del director del centro. Por lo tanto, no había ningún problema en este sentido.
Además de solicitar una beca europea, solicitó la del Gobierno Vasco. Para ello aportó la documentación necesaria, incluyendo datos del director de Copenhague, proyecto de investigación y curriculum. “Una vez evaluado esto, los expertos te entrevistan para resolver sus dudas sobre el proyecto. Y el Gobierno Vasco te pone un día y una hora para la entrevista”.
Aizpurua ha explicado la importancia de esta entrevista, ya que no asistir a la cita concedida supondría la pérdida de la beca. Consciente de ello, y dado que está embarazada y le anunciaron que el parto iba a tener lugar en la misma época en la que iba a ser entrevistado, escribió al Gobierno Vasco para saber qué podía hacer si los dos coincidieran en el mismo día. “Me dijeron que lo sentían pero que no podían hacer nada. Es decir, si no me presentaba el día y la hora acordados en la entrevista, me quedaría fuera de la convocatoria de becas”. Esa fue la respuesta de Aizpurua. “Es posible que el bebé nazca una semana después del día de la conversación, pero en ese momento me di cuenta de que había algo ahí y algo grave”.
Aizpurua considera que el Gobierno Vasco no ha sido capaz de responder correctamente a una situación de excepción. “Una organización de este tipo debería ser capaz, no sólo de responder bien, sino de ofrecer una solución adecuada. Y no ha sido capaz ni de uno ni de otro".
Ante ello envió a la prensa una carta explicando su situación. En ella explicó que la administración predica la necesidad de mejorar la situación de las mujeres en la ciencia, pero que en el día a día tienen estos obstáculos. Y se queja por ello: "El pequeño Anuk nacerá en pocos días y, aunque es triste, el puesto de tres años de su madre, y quizás también la carrera científica, depende de cuándo saldrá de la tripa de su madre".
Ostaizka Aizpurua Arrieta (Zarautz, 1986). Licenciada en Biología por la UPV-EHU, comenzó a profundizar en el comportamiento pesquero del murciélago dactilar. Tras su estancia en las universidades de Bristol y Copenhague, defendió el año pasado su tesis doctoral sobre este murciélago en la UPV, liderada por Ignacio Garin y Joxerra Aiartza. Este año, con la obra “Historia del cazador volador que se convirtió en pescador”, ha ganado el premio CAF-Elhuyar en la categoría de artículo divulgativo basado en la tesis doctoral del autor. Desde la finalización de su tesis trabaja como investigador en la UPV.