"El lenguaje es un tema de investigación muy complejo"

Galarraga Aiestaran, Ana

Elhuyar Zientzia

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El lingüista Borja Ariztimuño López. Ed. UPV / EHU

Borja Ariztimuño López es un investigador de lingüística. Ha realizado su tesis sobre el euskera arcaico y en la actualidad está investigando en la UPV/EHU con un contrato de investigación posdoctoral. Para algunos, sin embargo, el resto de investigadores que no están en la lingüística ni en las ciencias “puras” son de segundo nivel. Preguntado por su opinión al respecto, Ariztimuño ha afirmado que es habitual que se haga esa distinción. "Pero no sé de dónde viene, porque hubo un tiempo en que sabios o entendidos se dedicaban a investigar de todo, desde la filosofía hasta la física... todo al mismo tiempo. Luego empezaron a hacer semejantes distinciones, tal vez según la manera en que el método científico se aplicó en cada disciplina. De hecho, es cierto que algunos procedimientos pueden parecerse más a las ciencias aplicadas que a las disciplinas de las letras. Por ejemplo, en filología no cumplimos el criterio de repetibilidad, no tenemos la posibilidad de repetir un experimento. Es cierto que la lingüística es un campo muy amplio, y hay ramas en las que se hacen experimentos de este tipo, pero en filología tenemos los textos que tenemos y no podemos hacer experimentos".

Señala que otra razón podría ser el uso de los números, pero que eso está cambiando: "Hoy en día, en la filología también se utilizan las matemáticas y se hacen estudios cuantitativos".

En cualquier caso, no tiene ninguna duda de que él es investigador: "Cada ámbito tiene sus propios temas de investigación y sus propias metodologías, y lo importante es basarse en los datos, utilizar los datos de una manera honesta y proponer explicaciones de la realidad. En las ciencias llamadas puros también ha habido algunos cambios, ¿no? Antes quizá se creía que las cosas eran de una manera y luego se ha visto que no. Al igual que con las matemáticas se cometen errores, sin las matemáticas también se puede hacer un análisis científico de la ciencia o de la realidad. En nuestro caso, el de la lengua es un tema de investigación muy complejo, porque no es fácil de medir y, como hablamos del lenguaje de antaño, es imposible realizar experimentos. Pero me considero investigador, y mi campo es ciencia.

Y es precisamente en los últimos tiempos que la investigación sobre la lengua antigua ha despertado un gran interés social, sobre todo, por los hallazgos de la mano de Irulegi y de las escrituras de épocas pasadas. Este tipo de hallazgos son impresionantes incluso para los investigadores, ya que en realidad son muy pocos: "Quienes analizamos cómo se ha desarrollado la lengua no podemos por menos de acudir a los textos antiguos y, con cada hallazgo, además de ser un tema nuevo, significa que también debemos releer los textos anteriores", ha explicado Ariztimuño. De hecho, las nuevas evidencias pueden permitir completar o modificar las interpretaciones realizadas sobre los textos ya conocidos.

La voz de las inscripciones

En este sentido, ha mencionado la diferencia entre algunos poemas escritos en Azkoitia en torno al año 1500 y la mano de Irulegi y otras inscripciones escritas en esa época: "En el caso de este poema de Azkoitia, conocemos el euskera de entonces y podemos hacer nuestras investigaciones y propuestas. En el caso de los aquitanos o vasconicos, o lo que sea, no solo hay muy pocos vestigios de la lengua o de las lenguas de aquella época, sino que son tan lejanos, hay tanta distancia hasta los siguientes testimonios, que no nos ayudan directamente porque no los entendemos".

Ha reconocido que el primer ejercicio siempre es filológico y muy especulativo. "Normalmente tenemos una manera de leer, es decir, descifrar los sonidos, aunque no con un 100% de certeza. Lo cierto es que, aunque se lea, no se entiende su significado." Por lo tanto, las propuestas que se hacen son necesariamente especulativas, ya que la diferencia entre la lengua de entonces y el euskera de hoy es similar a la que existe entre el latín y el castellano de hoy, por ejemplo, o entre el inglés y el germánico. "No hay manera de establecer una conexión segura, ni en las formas, ni en el significado de las mismas. La única esperanza es encontrar más textos. Y si un día apareciera una inscripción bilingüe, o una piedra de Rosetta...", lanzó como anhelo.

Reconoce que entró en la filología por su interés general en el euskera: dialectos, evolución... pero que no tenía intención de dedicarse a la investigación. El primer estudio lo hizo con Henrike Knörr, en la lección que él enseñaba, sobre el manuscrito de Lazarraga que se acababa de encontrar. "Casualmente era sobre el verbo, o no, y luego he hecho la tesis sobre el verbo". Entonces le interesó como "friki", se le convirtió en una oportunidad de subsistencia y ha optado por ello.

De cara al futuro, su camino natural es investigar y enseñar en la universidad. Vive con pasión la investigación y cree que es importante transmitir no solo lo que sabe, sino también esa pasión: "Si conseguimos atraer a alguien, con eso ya lo hemos hecho".

Borja Ariztimuño López
Borja Ariztimuño López nació en Tolosa en 1986. Es licenciado en Filología Vasca y ha realizado el máster de Lingüística, ambos en la UPV/EHU. Ha realizado el doctorado en la misma universidad, en Lingüística y Filología Vasca, sobre los verbos jugados en euskera arcaico. Obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado con su tesis. Actualmente tiene un contrato de investigación dentro de los Programas de Perfeccionamiento Posdoctoral del Gobierno Vasco en la UPV/EHU.
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