Ainhoa Iñiguez Goizueta reconoce la mala reputación de las matemáticas: difícil, pesada, aburrida… Para ella siempre ha sido fácil y entretenida: “Cuando me aburría en la escuela, por ejemplo, comencé a hacer operaciones. Desde pequeño me han gustado los números y disfruto mucho de entender las razones o la lógica que hay detrás de las cosas. Comprendiendo y explicando, porque recuerdo que también colaboraba con compañeros con dificultades matemáticas”.
Así que, además de Matemáticas, también le gusta enseñar. Por eso, cuando le llegó la hora de estudiar la universidad, tuvo dudas: “Además de matemáticas y enseñanza, me gusta el deporte. Y también me pasó por la cabeza estudiar Filología Vasca. Al final, aposté por las Matemáticas”.
De este modo, comenzó a estudiar en la UPV/EHU con unos resultados excelentes. Y sin embargo, al finalizar el primer año dejó: “Era fácil y bien, pero me surgió la duda: ¿esto es todo? Esperaba más, no estaba seguro y pensé que había hecho la opción equivocada. Decidí probar algo aplicado y entré en Arquitectura. Pero no duré todo el curso”, ha recordado.
En los meses que quedaban para el comienzo del próximo curso, au-pair se trasladó a Irlanda y, de vuelta, a Madrid: “Sin más me fui a la Facultad de Aeronáutica y entré a unas clases para escucharme. Entre ellas, la tercera clase de Matemáticas. No entendí nada, pero me interesó. Entonces tuve toda la convicción de que quería terminar los estudios de Matemáticas".
Así que volvió a los estudios de Matemáticas. Primero pasó un año en la Universidad de Barcelona y luego volvió a la UPV para terminar. Confiesa que, a medida que avanzaba en los estudios, cada vez tenía más interés, “probablemente porque me gustaban los temas que fui eligiendo. Así que en el quinto año disfruté realmente de algunos temas”.
Eso no le sucedió con la tesis. “En quinto, tuve la oportunidad de hacer un proyecto de colaboración en la universidad. En ese momento, un estudiante de doctorado me comentó que fue una estancia en Oxford y pensé que podía ser una buena idea hacer la tesis allí. La verdad es que en realidad no tenía ganas de investigar, pero sabía que si quería enseñar en la universidad tenía que hacerlo. Entré así, pero no ha sido nada fácil: el problema elegido ha sido tan complejo de lo esperado y he tenido que buscar otras colaboraciones en falta de liderazgo o apoyo del director de tesis…”.
En cualquier caso, también encontró la forma de hacerlo. “Allí el remo tiene mucha fuerza, y como yo también he estado remando, intenté buscar lazos. Estaba deseando trabajar en torno a la biomecánica, y tras muchos mensajes de correo electrónico, recibí la respuesta de un estadístico neozelandés y me fui allí. Allí trabajé con el equipo de remo neozelandés sub 23, realizando estudios biomecánicos y aprendiendo con ellos.”
Esto le abrió las puertas para trabajar en la empresa líder mundial en Biomecánica de Remo en Cambridge, formando parte desde el año pasado del comité de Innovación y Tecnología de la Federación Española de Remo. Según ha explicado, “así conseguí hacer un puente entre la tesis y el deporte. En uno de ellos trabajaba únicamente el álgebra y en el otro el análisis de datos”.
Al finalizar la tesis, realizó una sustitución en la Escuela de Ingeniería de Bilbao y el año pasado trabajó en Mondragon Unibertsitatea. Sin embargo, sus previsiones no fueron satisfechas y decidió no continuar. También en el ámbito deportivo, el pasado verano ha tenido la oportunidad de participar en dos sesiones de Tertulia Deportiva en Euskadi Irratia.
Este curso académico se dedicará a la docencia en la Facultad de Ingeniería de Bilbao y, por otro lado, se adentra en nuevas líneas de investigación de la mano de un físico del DIPC. “Estaba deseando empezar a trabajar en algún tema nuevo y estoy disfrutando de la nueva oportunidad. De todas formas, lo que más disfruto es la enseñanza, y el objetivo de este año es encontrar un buen equilibrio entre ambos”.
Ainhoa Iñiguez Goizueta nació en Donostia en 1985. Tras finalizar la licenciatura de Matemáticas en la UPV/EHU, en 2010 se trasladó a la Universidad de Oxford para realizar su tesis en Teoría del Grupo. Al mismo tiempo, ha podido trabajar en biomecánica de remo con equipos y formadores internacionales. Actualmente es miembro del Comité de Innovación y Tecnología de la Selección Española. También es presidente de la Asociación Matemática Txokoa para la divulgación de las matemáticas y la ciencia.