Ingeniaritza Nuklearra eta Jariakinen Mekanika Saila
Bilboko Ingeniaritza Goi Eskola Teknikoa. EHU
En el año 2009 han participado en la producción de electricidad 436 centrales nucleares en 31 países del mundo. En 22 de estos países la aportación de energía nuclear ha sido superior al 15%, y en 15 de ellos superior al 25%. Francia es líder mundial en porcentaje (76%) y en nuestro entorno destacan Lituania, Eslovaquia, Bélgica, Suecia y Suiza, con más del 40%. En número, Estados Unidos es el líder, con 104 centrales nucleares, seguido de Francia (59) y Japón (53). Según estos datos, la importancia de la energía nuclear es hoy evidente en los países desarrollados.
El impacto de la crisis debe situarse en ese contexto. Cuando se decide la construcción de una nueva central nuclear, hay que tener en cuenta que hasta que esa instalación sea capaz de obtener electricidad se necesitan varios años. Además, estas primeras fases (proyecto, permisos, construcción, etc.) son caros, ya que la inversión inicial a realizar es elevada. Eso sí, una vez puesta en marcha, nos suministrará durante décadas de forma sostenible, segura y sin contaminar la atmósfera. Los plazos de amortización son por tanto largos y la inversión inicial es elevada. Por ello, una situación de crisis retrasa totalmente este tipo de proyectos.
Así, a finales de 2009 había 52 nuevas centrales nucleares en fase de construcción. Otros 137 estaban planificados. Entre los planificados, algunos ya han sido reconocidos oficialmente y han ofrecido una sólida financiación y compromisos. La mayoría de ellos estarán en funcionamiento a los 8 años. La construcción de otros está muy desarrollada, pero por el momento están paralizados, sobre todo por la crisis económica. Además de las ya planificadas, sobre la mesa hay 295 propuestas que podrían estar en marcha a los 20 años. Estos números no parecen suponer una amenaza para la industria nuclear. Lógicamente, estas centrales planificadas y propuestas sufrirán retrasos. Sin embargo, la recuperación de las coyunturas económicas podría acelerar estos proyectos.
La crisis económica ha golpeado seriamente nuestro entorno, pero, más lejos de nosotros, los países en desarrollo también han incrementado su apuesta por la energía nuclear. Prueba de ello son China e India, las grandes potencias mundiales del futuro. China tiene 11 reactores nucleares en funcionamiento, 11 en construcción, 26 planificados y 72 propuestos. India tiene intención de seguir un recorrido similar: 17 en marcha, 6 en construcción, 10 planificada y 15 propuesta. Está claro que el crecimiento de estos países contará con el apoyo de la energía nuclear.
En nuestro caso la situación es muy diferente. Afortunadamente, nuestro nivel de desarrollo ha hecho posible que las principales infraestructuras ya estén organizadas y que cada país haya decidido la contribución de la energía nuclear a la electricidad. La mayoría de las centrales nucleares ya existentes seguirán trabajando en las próximas décadas. La mayoría de los países han implantado en sus instalaciones programas de prolongación de vida de las centrales nucleares. Por ejemplo, en Estados Unidos, 52 centrales tienen permiso para seguir en funcionamiento durante 60 años. En Suiza trabajan 5 centrales y 4 tienen permiso de operación ilimitada. La crisis económica, por tanto, no ha perjudicado a las instalaciones ya existentes. Es más, las prolongaciones de vida de estas instalaciones ayudan a superar la crisis: seguirán ofreciendo electricidad de forma segura y continua y a un precio económico.
También se están construyendo nuevas centrales nucleares en Europa. Las localidades seleccionadas son Olkiluoto (Finlandia) y Flamanville (Francia). Ambos proyectos están retrasados y ya han tenido que incrementar el presupuesto inicial. Sin embargo, esto tiene cierta explicación desde el punto de vista técnico. En ambos casos se está construyendo por primera vez un nuevo diseño del reactor: Reactor europeo presurizado (EPR). Este nuevo diseño ha incrementado las medidas de seguridad y optimizado el uso del combustible nuclear. Ser pionero siempre tiene problemas. Lo aprendido en estos proyectos facilitará el camino a los nuevos EPR que se construyan en el futuro. De este modo, lo que hoy supone un retraso y un sobrecoste, en el futuro se convertirá en una experiencia y una facilidad.
A pesar de los datos, se puede concluir que la actual situación de crisis afecta a la industria nuclear: las centrales en construcción sufrirán retrasos y habrá que suspender de momento algunos nuevos proyectos planificados y propuestos. En cualquier caso, a medida que se vaya revitalizando la situación económica se irá dando un nuevo impulso a estos proyectos. Mientras tanto, la sociedad seguirá disfrutando de la electricidad de origen nuclear, un suministro eléctrico continuo y económico que no contamina la atmósfera. Todos estos beneficios garantizan el futuro de la energía nuclear frente a las crisis económicas cíclicas.
El futuro energético debería ser renovable y nuclear si se quiere preservar el medio ambiente. Y a medio plazo se abrirán nuevas puertas a la energía nuclear, que tiene que ver con los procesos de obtención del vector energético del futuro transporte, hidrógeno y potabilización del agua salada. Ahora bien, la investigación deberá desarrollar mejores soluciones en cuanto a la gestión de los residuos radiactivos generados y que se generarán. ¡Todo a la espera de la aportación de la fusión nuclear!