Para llegar a esta conclusión, los científicos partieron de las conclusiones de dos investigaciones anteriores. Por un lado, se tuvo en cuenta que la membrana que la rodea también muere al morir óvulos en espera, que sintetiza estrógenos y otras hormonas imprescindibles para la fertilidad. Por otro lado, otro estudio revela que los hidrocarburos aromáticos policíclicos (algunos componentes del humo del tabaco) matan a los óvulos de los ratones.
Estas dos ideas se han unido ahora para diseñar nuevos experimentos. La hipótesis para el primer experimento era que los citados hidrocarburos ponen en marcha la apoptosis (procedimiento de la célula ‘más allá de uno mismo’). Los investigadores descubrieron las dos zonas específicas de ADN receptivo de hidrocarburos. Unidos en estas zonas, los hidrocarburos provocan una reacción genética en cadena y la consecuencia es la apoptosis. Esta porción de ADN está presente en todas las células, pero sólo se da reacción en los óvulos.
En el siguiente paso, los investigadores trataron los óvulos de ratones eliminando ambas partes del ADN y tratándolos con hidrocarburos. Estos óvulos no murieron. Por último, los investigadores han probado este comportamiento en las mujeres, obteniendo la misma conclusión que el experimento anterior.
Por lo tanto, la interacción entre hidrocarburos aromáticos policíclicos y óvulos es muy específica, ya que depende de diversas zonas del ADN. Esta investigación ofrece nuevas vías para buscar un método para combatir el efecto del tabaco.