Algunos de los reses de la vejez se deben a la acumulación de células viejas en el cuerpo, según han informado en Nature investigadores de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota). Eliminando a los ratones estas viejas células, vieron que las cataratas se iniciaron más tarde y que perdieron más lentamente la masa muscular, entre otras.
En el envejecimiento, el 5% de las células del cuerpo son llamadas células senescentes, que mantienen su función pero que ya no se dividen. Los científicos creen que estas viejas células provocan cambios asociados a la edad en los tejidos circundantes, ya que son las partes del cuerpo que más se acumulan, especialmente dañadas con la edad, como los ojos y los músculos.
Se probó con los ratones si esta hipótesis tiene fundamento. Los ratones fueron modificados genéticamente para eliminar las viejas células: al encender un gen (p16lnk4a), indicativo de senescencia en las células, también provocaron la aparición de genes implicados en la muerte celular (en condiciones normales no estarían activos). Así, al administrarse un determinado medicamento, pudieron provocar la muerte celular en células senescentes.
A los ratones modificados que tomaron este medicamento desde el momento de su destete, les salieron las cataratas 100 días después de lo que no habían sido transformadas. Asimismo, los ratones transformados antiguos tenían dos veces más masa muscular que los ratones normales de la misma edad, y los buzamientos y acumulaciones de grasa en la columna eran similares a los ratones jóvenes. Sin embargo, estos cambios no alargaron la esperanza de vida de los ratones.