En la Escuela de Medicina de la Universidad de Wake Forest, han conseguido extraer el líquido amniótico de las mujeres embarazadas y crecer en laboratorio algunas de sus células. Han visto que estas células pueden convertirse en un gran número de células madre. Trasplantados a los ratones, enseguida empezaron a duplicarse y a ejercer las funciones de las células de los órganos que los trasplantaron.
Los científicos creen que estas células pueden servir para ciertos tratamientos. Por ejemplo, si a un niño que aún no ha nacido se le detectara alguna enfermedad, podrían extraer células madre amnióticas y producir en el laboratorio el tejido que el niño necesitaría para tenerlo listo para su nacimiento.
Además, el líquido amniótico también puede recogerse en el momento del parto y almacenarse para que las células madre puedan ser extraídas del mismo modo que las células de cordón umbilical. Uno de los objetivos de los investigadores es conseguir el mayor número posible de fuentes de células madre para utilizar las células madre más adecuadas con cada paciente.