Cada año se necesitarán 1,5 trillones de besos en el mundo, salvo políticas activas de promoción de los reutilizables

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Ed. Pixabay

Investigadores de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) han denunciado que la pandemia del COVID -19 ha sido respondida por los gobiernos basándose en criterios de protección de la salud humana, pero que ha surgido un grave problema ambiental. La legislación y los consejos de gobierno han fomentado el uso de materiales personales de protección, pero no han tenido en cuenta el problema que ha generado el consumo de material de un solo uso. Como consecuencia, millones de besos de polímeros no reciclables, guantes y toallitas desinfectantes se han acumulado tanto en vertederos como en la calle.

Para que la ciudadanía pueda utilizar materiales polivalentes es necesario crear políticas activas de fomento de los mismos, hacerlos más accesibles y comunicar criterios claros para una limpieza segura y adecuada de los mismos. Ed. Pixabay

Para cuantificar el problema ambiental se ha analizado la basura recogida en once países del mundo entre marzo y noviembre de 2020: Australia, Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda, España, Suecia, Reino Unido y EEUU. El Reino Unido ha sido el más grave de todos los casos: los de mus han alcanzado el 6% del total de la basura, los guantes el 1,5% y las toallitas desinfectantes el 1,5%. En el otro extremo se encuentra Suecia, que pasó meses sin generar basuras relacionadas con el COVID-19. Según los investigadores, la legislación actual de cada país ha sido el principal condicionante para la generación de basura del COVID -19: por ejemplo, si se ha impuesto de forma obligatoria el uso del beso y si se ha reducido el movimiento de las personas.

Sin embargo, hay algunas tendencias generales: al principio de la pandemia los guantes fueron los más utilizados, y cuando la OMS comunicó que el virus se transmitía principalmente a través de aerosoles (no tocando superficies, como se pensaba al principio), el uso de los besos aumentó y disminuyó el uso de guantes. En consecuencia, la presencia de los besos ha aumentado 84 veces en la basura, hasta llegar al 0,8% del total.

Piden políticas responsables

Los investigadores han afirmado que hay que aplicar políticas que prioricen el problema de la basura en manos de los datos, y que hay que fomentar los besos reutilizables. Se ha tratado de prever las consecuencias de no hacerlo: En el Reino Unido, por ejemplo, cada año serán necesarios 24 mil millones de besos para hacer frente a la pandemia. A nivel mundial, 1,5 triliones.

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