¿Qué menos agua o cultura de agua?

Lo sucedido en otros ámbitos también ocurre en este agua, es decir, que, al hilo del tema, lanzamos frases con total tranquilidad, como si fueran verdades redondas que no tienen que blanquear. Lemas vacíos, tópicos. Así es. Y se parte del futuro. En el agua abundan estos tópicos. Pero hay que justificarlas, es decir, explicar todas las incidencias que tienen ocultas. "El agua es un recurso escaso" y además está "mal distribuida". He aquí uno de esos tópicos. Y como es escaso, hay que gestionar su uso. Y como está mal repartido, hay que trasvasar el agua de un lado a otro, de un lugar a otro, para que el ser humano pueda equilibrar lo que la naturaleza dice desequilibrar. Pero vamos al promontorio, porque el tópico, tan claro y corto, encierra en su interior largas sombras.

Sólo se gestiona lo que es octubre. Durante muchos años el agua no se ha gestionado, ya que todo invierno suponía lluvia. Al tratarse de un tema sobrante, no era necesario gestionarlo para cubrir las necesidades actuales y locales, tanto en cantidad como en calidad. Es más, al carecer de valores extraordinarios, económicos, tampoco se consideraba un recurso. Todavía no era necesaria una cultura de agua diferente, bastaba con la costumbre tradicional de los usuarios. La evolución de los últimos años es muy diferente. A pesar de que en cantidad el agua no se ha reducido espectacularmente, en calidad se ha empeorado mucho, se ha empeorado y se ha convertido en "insuficiente" para cubrir diversas necesidades. La escasez ha introducido el agua en el mercado de la trata, asignando valor económico, y el agua es un recurso a gestionar. Y nos han explicado la necesidad del lema “La nueva cultura del agua”.

Dicen que el agua es escasa, pero cuando decimos AGUA ¿de qué hablamos? Lo primero que hay que decir es que el agua es un recurso natural en todos los casos y en algunos casos también se convierte en un recurso económico y social. Pero antes, lo natural: un agente dinámico fundamental en todos los ecosistemas, insustituible, el vínculo más importante y activo entre los componentes de todo el ecosistema, sin duda; el agua tiene la misma obligación que la sangre en la naturaleza. Y nos insisten en que tenemos que cuidar la naturaleza en nombre del desarrollo sostenible. Por tanto, los valores del agua, dinámicos en los ecosistemas y ético-estéticos en los seres humanos, deben superarse a los problemas técnicos. Por lo tanto, todos los ecosistemas del planeta tienen agua suficiente, ni más ni menos en condiciones naturales. ¿A qué responde decir que el agua es mal distribuida? No se trata de una "cuenca de falta de agua" ni de "agua sobrante" con lógica propia. Los motivos por los que el agua fluye de una cuenca a otra son de manos humanas, nunca de que el agua falte en una cuenca y sobra en la otra. De hecho, en las orillas del Sahara hay poca agua y en la cuenca del Ebro mucho, es cierto, pero no se puede decir que allí falte agua y aquí sobra, porque en ambas zonas los habitantes de la zona tienen agua suficiente, moderada.

Por lo tanto, esta escasez es consecuencia de la relación entre la oferta de demanda: cuando la demanda de agua de una cuenca (en el centro urbano, agrícola, industrial, turística, hidroeléctrica...) es superior a la oferta de agua propia de la cuenca, entonces se dice que el agua es "escasa" y que la cuenca carece de agua, por lo que hay quien opina que hay que traer agua desde cualquier lugar, aunque el punto de partida sea por encima de la oferta porque se tiene que se cumpla la demanda. La fuente de todos los errores en el desarrollo sostenible es: ¿qué delimita? Hay que solucionar los problemas del agua en el lugar. A diferencia de otros muchos problemas, el factor escala tiene una gran importancia en el agua: el problema en el que se encuentra la solución. Y estas soluciones no deben buscarse en la orilla del río, sino en la cabecera de muchos gestores. Manteniendo el agua limpia y razonando, distribuyendo y reduciendo la demanda de agua, el agua existente, en todo caso, no será escasa, sino proporcionada. Vamos a tenerlo en cuenta. Los puntos de partida que no son tópicos para comprender mejor los tópicos son:

  • Nuestro tiempo para hacer los cambios profundos en nuestra visión del mundo es tan lejano como el agua.
  • El problema fundamental no es la escasez de recursos, sino la falta de voluntad de cambio en el modelo de vida; no se trata de que se planteen más ríos, sino de que la demanda sea la misma.
  • ¿Agua recurso escaso y mal distribuido? Lo realmente mal repartido es la demanda de agua del modelo vigente.
  • En ningún otro lugar tiene el valor real del agua; sería un despropósito que las partes del Guggenheim se difundan por el País Vasco, entendiendo que este edificio es patrimonio de todos los vascos.
  • ¿Sobrar agua en una cuenca? ¿Acaso un territorio ha cubierto las necesidades de madera los bosques?
  • Sólo Lerdo confunde el valor de las cosas con los valores.
  • Falta cultura y sentimiento, más que agua.
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