El tráfico de Hrieta nos causa más daño de lo esperado. La incidencia de la contaminación atmosférica en los niños es especialmente preocupante, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud. En el informe realizado por la organización se han analizado los daños producidos por el tráfico, especialmente el efecto del plomo en la salud de las gasolinas; sin embargo, los investigadores han comprobado que los problemas de salud que genera el plomo en los niños son más graves que en los adultos.
Según la OMS, la superación de la proporción de plomo en sangre en los niños menores de dos años puede provocar enfermedades graves. Algo más del 80% de los niños de entre 3 y 5 años ya han desarrollado enfermedades derivadas del plomo, aunque a diferentes niveles.
En los grupos de riesgo se encuentran los niños y las poblaciones que han padecido enfermedades respiratorias previas. En México, por ejemplo, los controles sanitarios son estrictos, ya que la contaminación del aire en la capital es más alta que en ningún otro lugar. A finales de octubre, ante la gravedad de la situación, el Gobierno ordenó la paralización de más de la mitad del parque automovilístico y la reducción del 30% de la actividad de los talleres en la capital. Además del plomo, la elevada concentración de ozono ha provocado este tipo de alarmas en la capital mexicana.