Secuencian el genoma del chimpancé. Y los investigadores ya han empezado a comparar la evolución del genoma humano con la del chimpancé.
El chimpancé (Pan troglodytes) no es como cualquier otro animal para el ser humano; su mirada, la curiosidad, emociona. No es inútil la especie animal más cercana al ser humano –se cree que ambas especies se separaron hace seis millones de años–. Por ello, permite conocer mejor la evolución del ser humano comparando el genoma del chimpancé con el del hombre. En primer lugar, se ha observado que los genomas del hombre y del chimpancé son muy similares (con un 96% de genoma igual) y que codifican proteínas similares.
El primer borrador del genoma del chimpancé ha sido elaborado por el Consorcio para la Secuencia y Análisis del Chimpancé (Chimpanzee Sequencing and Analysis Consortium). Según el máximo responsable de esta organización, “la comparación del genoma humano con otros organismos es una herramienta enormemente potente para la comprensión de la biología humana”.
En el consorcio de investigación han trabajado 67 investigadores. De este modo, se han publicado varias investigaciones simultáneamente. En las revistas Nature y Science se han publicado once artículos sobre este tema y, además de las investigaciones, han dado lugar a la reflexión, porque hay que tener en cuenta que el chimpancé, y en general todos los grandes primates, están en peligro.
Entre las investigaciones se encuentra la evolución de la expresión y la secuencia génica de diferentes órganos, como el cerebro, el corazón, el hígado, los riñones y los testículos. Y parece que la mayoría de los genes han seguido el mismo modelo evolutivo, la llamada teoría neutral (los cambios genéticos en la evolución no tienen efectos positivos ni negativos y sin embargo pasan a las generaciones venideras). Sin embargo, el cromosoma X procedente de células de testículos ha seguido otro modelo: la selección positiva.
Otra de las conclusiones que han extraído es que en los genes que se expresan en el cerebro se han producido más cambios que en otros órganos, y que en los seres humanos estos cambios han sido mucho más numerosos que en los chimpancés. Esto confirma la importancia vital del cerebro en la evolución humana.