El teléfono inalámbrico está muy de moda. No hay más que ver el número de anuncios que nos meten para comprar este tipo de teléfono. Además en los anuncios el teléfono funciona siempre correctamente y nunca hay obstáculos.
La verdad es que muchas veces hay otra cosa. De hecho, cuando las compañías instalan una red para teléfonos inalámbricos, buscan a la población y no a todo el territorio. En Francia, por ejemplo, el 80% de la población ocupa menos del 40% del territorio, lo que supone que el 60% del territorio está mal ocupado por la red del teléfono. Por eso, cuando vayas en el coche en un trayecto estrecho alejado de las autopistas, te va a resultar imposible hablar por teléfono.
Además, otros fenómenos pueden dificultar la comunicación telefónica. Las hojas o el agua de los árboles (aguas fluviales o marinas) pueden romper la transmisión. Los edificios también pueden multiplicar la onda y eliminar la señal. Las paredes de la casa también pueden dificultar la comunicación, etc.