Un grupo de matemáticos de la Universidad Bristol ha conseguido subir una gota de líquido en pendiente. Para ello han golpeado fuertemente la superficie que formaba la pendiente, arriba y abajo. Se ha explicado que la fuerza que se produce al agitar la superficie debe ser mayor que la tensión superficial de la gota, ya que de lo contrario la gota seguirá adherida a la superficie. Sin embargo, el líquido no puede ser de cualquier tipo: la gota no puede ser ni muy grande ni muy pequeña, ya que si fuera demasiado grande se vería vertida por la superficie antes de agitarla y si fuera demasiado pequeña tampoco se movería agitada. Además, para evitar que se rompa al agitar, debe ser más denso que el agua.