Elhuyar Fundazioa
El 19 de febrero de 1859 vio por primera vez la luz de este mundo en la localidad sueca de Wijk, junto a la Uppsala. Aprendió a leer a los tres años sin que nadie le enseñara y se destacó desde pequeños en la escuela.
Estudió en la Universidad de Uppsala cómo se filtraba la electricidad en disoluciones. Faraday publicó las leyes de la electrólisis que consideraba que la electricidad debía tener pequeñas partículas. Se mencionaron los iones, pero nadie explicó debidamente la naturaleza de los iones.
Arrhenius consideró que las sustancias que conducían corriente eléctrica disueltas en el agua, como el cloruro sódico o la sal, eran electrolitos y no conducían corrientes. Además, entre los que eran electrólitos y los que no lo eran, existía el problema del punto de solidificación del agua. La disolución de una sustancia en agua reduce la temperatura de solidificación del agua en función de la cantidad disuelta. Cuanto más sustancias se disuelven, más baja es la temperatura de solidificación.
Pero para algunas sustancias la disminución de la temperatura era inversamente proporcional al peso molecular. En un litro de agua se disuelve un gramo de sacarosa o un gramo de glucosa, en el caso de la sacarosa la mitad de bajada de temperatura. Dado que el tamaño de la molécula de glucosa era la mitad que el de la de la sacarosa, en un gramo de glucosa había dos veces más moléculas que en un gramo de sacarosa.
¿Ese comportamiento de reducción de la temperatura de solidificación era el mismo que con los electrolitos? En una cantidad determinada de cloruro de sodio existía un número fijo de moléculas y se calculó la disminución de la temperatura de solidificación, pero registraban el doble de bajada de temperatura. Arrhenius explicó entonces que cada molécula de cloruro sódico al entrar en el agua se divide en dos partículas (una sódica y otra clorosa). El ion sodio cargado positivamente y el ion cloro cargado negativamente presentan características diferentes a los átomos sin carga.
Esta visión era revolucionaria en aquella época porque consideraban imposible a los átomos cargados eléctricamente. Por ello, la teoría de Arrhenius fue considerada por muy pocos al publicarla en su tesis doctoral en 1884. El jurado, además, otorgó la nota más baja que había a la tesis porque no creían en ella. Afortunadamente Van’t Hoff y Ostwald, preocupados por la nueva teoría, trabajaron junto a Arrhenius.
En 1889 Arrhenius realiza una nueva aportación a la Química Física. Estudió cómo aumenta la cantidad de reacción en función de la temperatura. Sugirió que las moléculas necesitaban energía de activación para reaccionar.
Cuando en 1890 Thomson descubrieron el electrón y Becquerel la radiactividad, las teorías iónicas de Arrhenius fueron aceptadas. En 1895 fue nombrado profesor de la Universidad de Estocolmo y en 1903 fue galardonado con el Premio Nobel de Química por su tesis doctoral de tan poco éxito.
En 1905 fue nombrado director de Química Física del Instituto Nobel, cargo que duró casi hasta su muerte.
Arrhenius después se ocupó de los misterios de la ciencia. En su libro Worlds in the Making (Formación de Mundos), publicado en 1908, afirmaba que la vida en la Tierra surgió cuando llegaron las esporas con vida en el espacio. Informó que las esporas aguantaban con facilidad el frío y la falta de aire y que desde la estrella hasta la estrella estaban impulsadas por la presión de radiación a través del espacio. Por eso le parecía que podía haber vida en Marte, pero los descubrimientos posteriores han demostrado lo contrario.
En 1912 publicó el libro Theories of Solutions (Teorías de las disoluciones).
Falleció en la capital sueca de Estocolmo el 2 de octubre de 1927.