Japón utiliza dos millones de toneladas de aceite al año para freír en la cocina. 250.000 toneladas se reciclan, pero el resto de 1,75 millones de toneladas se arrojan al río, etc.
Someya Shoten ha transformado el aceite usado en la fritura y lo ha convertido en combustible para motores diesel. Este combustible tiene ventajas respecto al gasóleo. De hecho, el humo del escape emite dos tercios menos y no se genera anhídrido sulfuroso.