Según un estudio genético, la serpiente perdió las extremidades en tierra y no en el mar, como muchos pensaban.
El estudio ha sido realizado por varios biólogos de EEUU. Tomaron parte representantes de todas las familias de lagarto y 17 de las 25 familias de serpientes, 64 especies en total. Se analizaron dos genes. Y la conclusión fue clara: el antepasado de la serpiente era un lagarto de tierra. Y es que los análisis han demostrado que en aquella época, hace 150 millones de años, la serpiente tiene poco que ver con el heredero de la única especie de lagarto que vivía en el mar, el dragón de Komodo. A través de este estudio se ha elaborado un árbol genealógico de lagartos y serpientes.