Las serpientes voladoras planean para moverse de un árbol a otro, lo que se consigue a velocidad moderada. Y, además, son capaces de cambiar de sentido en vuelo. La clave está en hacer movimientos asimétricos.
Las serpientes voladoras (Chrysopelea) habitan en las selvas del sur de Asia, y para moverse de un árbol a otro, saltan y agitan el cuerpo mediante movimientos en zigzag. Así, cambiando la distancia entre la cabeza y la cola, aumentan el momento de inercia y disminuyen la velocidad del vuelo.
Para conocer mejor este hábil vuelo, los investigadores de la Universidad Chuo de Tokio han tomado como modelo las cintas de papel y han llegado a la conclusión de que para que el movimiento de sacudida permita planificar, el movimiento debe ser asimétrico.