Se dice que la instalación es sencilla y al discurrir bajo el agua se reduce el impacto ambiental.
Se basa en dos turbinas ancladas al fondo a través de cadenas que se mueven en función del sentido de la corriente y que podrían producir un megavatio de electricidad gracias al giro de sus alas de quince metros de longitud.
Este nuevo sistema se pondrá en marcha el próximo año en el Centro Europeo de Energía Marina de Orkney, Gran Bretaña.