El ébola es un virus muy mortal que rompe los vasos sanguíneos y provoca enormes hemorragias internas en los seres humanos. 9 de cada 10 personas mueren. Sin embargo, todavía no saben por qué tiene tanta virulencia. Según los últimos estudios, algunos anticuerpos que se producen al introducir el virus en el cuerpo aumentan la infectividad del virus. Como la mayoría de los anticuerpos conocen las glicoproteínas asociadas a la membrana externa del virus, pero en este caso facilitan la introducción del virus en la célula.
Se intentó en el laboratorio con virus genéticamente modificados que no pueden causar la muerte del huésped, es decir, virus que entran en la célula pero no pueden reproducirse. De este modo, han visto que el virus genera tres tipos de anticuerpos, y sólo uno de ellos ayudaría al virus a infectar las células. Aunque se aplica sobre la glicoproteína del virus y como es habitual activa el sistema inmune, mediante un mecanismo desconocido por el momento, el anticuerpo facilita la entrada del virus en las células.
Esto dificulta el trabajo de las personas que trabajan en el desarrollo de vacunas, ya que éstas generan anticuerpos en lugar de dañar el virus. Por tanto, habrá que desarrollar vacunas que sólo produzcan anticuerpos que resistan al ébola.