En muchas especies es frecuente que el macho y la hembra sean morfológicamente diferentes: color, tamaño... Es lo que se conoce como dimorfismo sexual. Algunas especies de lagarto son dimorficas. Por eso, han trabajado con los lagartos para ver si existe relación entre el dimorfismo sexual y la biodiversidad. Y parece que hay relación: el dimorfismo sexual hace que la biodiversidad sea mayor.
La investigación se ha llevado a cabo con los lagartos Anolis de las Grandes Antillas (Puerto Rico, Jamaica, Cuba e Hispaniola), que albergan once variedades de lagarto Anolis, en las que los lagartos han crecido separadamente, adaptándose a diferentes medios. Según los investigadores, en este proceso, cada sexo de especies con un gran dimorfismo sexual coloniza un determinado rincón ecológico, lo que supone un aumento de la biodiversidad.