La basura espacial y los satélites que orbitan cerca de la Tierra son cada vez más numerosos y su impacto en la contaminación lumínica ha sido explicado por dos artículos publicados en la revista Nature Astronomy.
En uno de los artículos se ha calculado cómo la basura y los satélites aumentan el brillo del cielo nocturno. Y advierten de su influencia en las observaciones astronómicas que se realizan desde la Tierra, aunque requieran oscuridad en los ecosistemas. Por ejemplo, se ha estimado que, si se continúa en la misma línea, el coste de los observatorios puede aumentar considerablemente, ya que los tiempos de exposición para las observaciones son mucho mayores.
En el segundo artículo, los autores exigen limitar la producción de luz artificial y el número de satélites en órbita. Aducen que los problemas de afrontamiento de la contaminación lumínica y de los espacios -no tecnológicos- son sociopolíticos y sugieren la necesidad de establecer limitaciones para detener el incremento de las constelaciones y de la luz artificial.