Analizando los tweets de Twitter del invierno 2019-2020, se ha podido comprobar que el covid-19 estaba extendido en Europa antes de identificar los sistemas sanitarios. En aquella época se escribieron numerosos pájaros que hablaban de la neumonía, sobre todo en aquellos países en los que posteriormente iban a ser puntos calientes de la enfermedad. Por tanto, además de mostrar qué lejos estaban los gobiernos europeos de detectar precozmente el virus, se ha puesto de manifiesto que las redes sociales pueden ser útiles para detectar precozmente la aparición y difusión de enfermedades. Los autores del trabajo señalan la necesidad de implantar un sistema integrado de vigilancia digital y consideran que puede ayudar a la geolocalización de las cadenas de contaminación.
Durante el estudio han recopilado en una base de datos todos los tweets con la palabra "neumonía", uno de los síntomas más visibles y angustiosos del covid-19. Pero sólo los tweets anteriores al 21 de enero de 2020 han servido para realizar una monitorización epidemiológica, ya que a partir de ahí, debido al eco que adquirió el covid-19 en los medios de comunicación, no se podían diferenciar los casos reales de neumonía frente a los de preocupación por el covid-19. Por tanto, una vez identificada la ubicación de los txiolaris previos a la difusión de la información de la pandemia en los medios de comunicación, los investigadores han elaborado un mapa epidemilógico de brotes tempranos del covid-19.
En este caso, la investigación se ha centrado en los tweets de las siete lenguas más habladas de la Unión Europea: inglés, alemán, francés, italiano, español, polaco y holandés. Sin embargo, el seguimiento debería hacerse en más idiomas para lograr un sistema más integrado de vigilancia digital. Además, las organizaciones sanitarias internacionales podrían gestionar el sistema de vigilancia para una mejor coordinación de la respuesta general sanitaria, política y socioeconómica a la comparecencia inicial. Puede ser una herramienta útil para decidir cuándo y a qué escala tomar medidas de reducción, complementándolas con otros sistemas de vigilancia. Por ejemplo, seguimiento de aguas residuales, encuestas domiciliarias y otros cuidados basados en la comunidad.
Ahora bien, los investigadores han advertido que antes de utilizar cualquier sistema de vigilancia digital como herramienta de salud pública, habría que establecer medidas reguladoras de la protección de datos para que no se violen la privacidad y otros derechos civiles.