El polvo mineral procedente del desierto del Sahara es imprescindible para la selva amazónica. Este polvo contiene minerales y nutrientes que enriquecen el suelo y sin ellos la propia Amazonia se convertiría en un desierto humilde. Por primera vez han demostrado que la mitad del polvo que llega a la Amazonía proviene de un lugar concreto del Sahara: Desde la depresión de Bodélé, que apenas supone el 1% del desierto.
Sabían que Bodélé era la mayor fuente de polvo del mundo, pero hasta ahora nadie sabía cuánto polvo se extraía de allí ni cuánto llegaba a la Amazonía. Para ello, los investigadores han calculado la velocidad del viento y la cantidad de polvo a partir de los datos de dos satélites que toman imágenes de la misma superficie a tres horas de diferencia. Se constata que cada día de extracción de polvo se puede superar una media de 0,7 millones de toneladas, y que en invierno y primavera sale más que en otras estaciones.
El factor más importante para el transporte del polvo es la velocidad del viento. Para llegar a la depresión de Bodélé, los vientos de Harmattan que recorren el valle entre los montes Tibesti y Ennedi tienen que pasar por un estrecho paso cónico que, como la lente con luz, fortalece y acelera el viento hacia la Bodélé.
Todavía quedan preguntas sobre este tema: ¿cuánto tiempo lleva esa depresión mandando polvo a la Amazonía? ¿Y cuánto tiempo seguirá? Para responder a estas preguntas, los investigadores trabajan hoy.