El Sahara es el doble de viejo

Leturia Yurrita, Iñaki

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Ed. Patrick Poendl / 350RF

Está admitido y extendido que el Sahara fuera una selva y que en un momento determinado se secó, convirtiéndose en el desierto actual. Tras 2-3 millones de años, los geólogos lo han situado en el Cuaternario. Fue en aquella época cuando comenzaron las glaciaciones del Hemisferio Norte, que modificaron la dinámica de los monzones que mantenían el Sahara verde, lo que provocó el desecación. Los datos que se presentan a continuación, sin embargo, han puesto en duda esta hipótesis. Los restos de dunas de 7 millones de años sugieren que el Sahara es más antiguo de lo que se pensaba, pero faltaba una explicación de esa desertificación anterior.

Ahora, un estudio publicado en la revista Nature indica que los cambios en la circulación de los monzones también fueron los responsables del secado. Según los investigadores, el desierto del Sahara comenzó hace 7-11 millones de años y se vio afectado por otra causa. Durante la Edad Tortoniana de la época geológica del Mioceno, el mar de Tethys, que cubría el entorno del actual Mediterráneo, retrocedió, debilitando la influencia de los monzones en el Sahara.

Lo han demostrado utilizando modelos matemáticos. Es más, la recesión del mar hizo del clima más inestable ante los cambios de órbita de la Tierra. Sin embargo, el Sahara no se convirtió de repente en un desierto, sino que empezaron a alternar períodos húmedos y secos y el cambio climático provocó la aparición de una nueva vegetación y fauna. Además, esta evolución puede estar detrás de otro mayor cambio: es el momento en el que los primeros homínidos empezaron a aparecer en África, y sobre todo en el Sahara.

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