La marcha de insectos, arañas, cangrejos y langostas puede contribuir al desarrollo de la próxima generación de robots. Dos ingenieros y un entomólogo de la Universidad de Oregón de USA estudian a estos animales para diseñar nuevas máquinas móviles.
Los artrópodos llevan millones de años haciendo frente al medio ambiente y para ello han desarrollado estructuras muy adecuadas. Sus patas no son todas iguales mecánicamente. Algunos pueden ser utilizados para manipular cuando no son necesarios para la sujeción del cuerpo. Además se pueden asociar a una superficie de diferentes maneras.
Según los investigadores, las arañas pueden enseñar muchas cosas a los diseñadores de robots que deben moverse de forma suave y precisa. Analizando los artrópodos que viven en grietas, se pueden diseñar mejor las máquinas que pueden realizar el estudio de las paredes de los reactores nucleares.