Aunque los ejemplares de plástico que han pelado la costa gallega están levantando polvo, desgraciadamente no es nada nuevo ni tan extraño. De hecho, se estima que se vierten al mar entre 52.000-184.000 toneladas de unidades de plástico al año (unas 26 toneladas en Galicia), debido a la mala gestión de la cadena de producción y transporte. Así lo han explicado en un artículo publicado en la revista The Conversation los investigadores Lucía Viñas Diéguez y Jesús Gago, del Instituto Oceanográfico Español.
Los granos de plástico son esferas de 2 a 5 mm. Están formados principalmente por polímeros (polietileno, polipropileno, etc.). ), pero también contienen aditivos (protectores frente a ondas ultravioletas, retardantes de llama, etc. ).Son permanentes, la mayoría flotantes y no se disuelven, emulsionan ni biodegradan.
Dieguez y Gago indican que su densidad depende de la composición de los ejemplares, lo que determina su comportamiento en el agua. Las vertidas en la costa gallega son de polietileno. Este material tiene menor densidad que el agua del mar (unos 0,9 g/ml), por lo que flotan en el agua y pueden recorrer grandes distancias. Cuando llegan a la costa, aterrizan empujados por las mareas y las olas. Además, los granos también pueden ser transportados por el viento o pueden volver al agua con la siguiente marea.
Son materiales que resisten el paso del tiempo y que difícilmente se degradan. Además, los vertidos en Galicia parecen tener un tratamiento para evitar la degradación por primera vez con rayos ultravioleta, degradándose aún más lentamente. Al degradarse se rompen en partículas más pequeñas, dando lugar a microplásticos más pequeños y finalmente a nanoplásticos.
Los investigadores han demostrado que estas emisiones son siempre un problema medioambiental. Y que en función de su composición puede haber un problema de toxicidad. Los polímeros son, en general, materiales inertes en sí mismos, lo que no significa que no tengan efectos perjudiciales como la obstrucción del aparato digestivo de los animales que los ingieren o su acumulación en sus estómagos. Por otro lado, los aditivos de los granos pueden ser nocivos y tóxicos para la vida. Por ello, subrayan la importancia de conocer la composición exacta de los aditivos de los ejemplares emitidos.
Otro de los puntos a destacar es la concienciación sobre el impacto ambiental de los microplásticos y nanoplásticos y la introducción de medidas para evitar que éstos lleguen al medio ambiente.