Para cetáceos que cazan sin luz en el fondo del mar, un calamar dulce y un trozo de plástico pueden ser muy parecidos. De hecho, los ultrasonidos se detectan casi de la misma manera, según un estudio publicado hoy por la revista británica Marine Pollution Bulletin. Esta podría ser la razón por la que algunos cetáceos han ingerido tanto plástico.
Algunos cetáceos, como los cachalotes, los cachalotes pigmeos y los ciifios, utilizan los ultrasonidos para encontrar comida en la oscuridad. Y ante la creciente presencia de plásticos en los estómagos de estos cetáceos, los investigadores quisieron analizar si los mezclan acústicamente con la comida.
Para ello se recogieron residuos de plástico en las playas; los más comunes en los estómagos de los cetáceos: bolsas de plástico, globos, cuerdas, botellas, etc. Estos residuos fueron sumergidos y analizados en 38, 70 y 120 kilohercios, frecuencias de sonido que utilizan los cetáceos. Examinaron también algunos calamares para comparar. Así, casi todos los trozos de plástico estudiados, especialmente las películas y los trozos de plástico (los que más aparecen en los cetáceos muertos), tenían ruido de comida.