El mayor problema de la mayoría de los plásticos que se utilizan actualmente es el tiempo que tardan en degradarse. Los plásticos derivados del petróleo tardan miles de años en desaparecer completamente, por lo que se están acumulando residuos de plástico. Este problema ha dado lugar en los últimos años a nuevos tipos de plásticos con componentes biológicos que pueden obtenerse de plantas genéticamente modificadas.
Al tratarse de componentes biológicos, la degradación teórica de estos plásticos es mucho más rápida. Ante la creciente utilización de este tipo de plásticos, las empresas de biotecnología están desarrollando sistemas más baratos. Por ejemplo, la empresa Monsanto ha creado un nuevo tipo de plástico procedente de la colza transgénica, y en Estados Unidos con el azúcar fermentado del maíz se producen cada año miles de toneladas. Estos plásticos, sin embargo, no son tan ecológicos como parecen, ya que en el proceso de fabricación se necesita mucha más energía que el plástico convencional. Además, para su degradación es necesario su traslado a instalaciones especiales de reciclaje, no siendo un simple vertido a vertederos.