Expertos de la Universidad de Birmingham (Gran Bretaña) han explicado que los parques eólicos ahuyentan a las aves. Denuncian que a la hora de medir los impactos ambientales no se tiene en cuenta el número de aves. Se destaca que los daños en la ubicación de un parque en uno u otro lugar son muy diferentes, por lo que habría que realizar estudios mucho más profundos antes de decidir su ubicación.