Philips, Grundig y Fujitsu, que trabajan en el sector de la televisión, se han unido para crear una nueva pantalla que ha dado como resultado una pantalla plana y fina que se ha denominado Planatron. Funciona en plasma y tiene formato 16/9 (92 x 52 centímetros o metro en diagonal). En esta pantalla, de sólo 10 centímetros de espesor, destacan la luminosidad y la calidad de los colores. Es en absoluto mejor que las pantallas electroluminiscentes y las de cristal líquido.
La superficie de Planatron está formada por tubos fluorescentes microscópicos. En cada una de estas microlanjas un gas emite rayos ultravioleta cuando se le aplica la tensión eléctrica. Cada lámpara tiene un recubrimiento fluorescente que convierte los rayos ultravioletas en rayos visibles. Para crear los tres colores básicos necesarios para formar los colores compuestos, algunas lámparas tienen un recubrimiento de emisión de rayos rojos, otras de emisión de verdes y el resto de color azul. La pantalla por tanto es un mosaico plano de lámparas fluorescentes rojas, verdes y azules.
Una caja electrónica del tamaño del magnetoscopio numera la imagen de vídeo extraída del magnetoscopio, del túnel o de cualquier otra fuente de vídeo y ordena el encendido y apagado de lámparas fluorescentes, siendo cada lámpara un píxel.
Están pensando en formas diferentes para todo el sistema de vídeo alrededor del Planatrón. Philips pretende colocar la pantalla en la pared y la caja electrónica en el mueble, como cualquier otro elemento en la cadena de HI. Grundig quiere presentarlo de una manera más tradicional. La pantalla estaría sobre una base y la caja electrónica estaría en la base.
Las ventajas principales de este nuevo sistema de plasma son dos: por un lado, una pantalla fina y por otro, una pantalla muy plana. Pero también tiene su obstáculo: el precio. Su valor es de 1,5 millones de pesetas o 60.000 libras y por el momento se prevé que el sistema del tubo catódico dure varios años.