La disminución de la capa de ozono sobre la Antártida es, según han medido los satélites del Andén, la más extensa desde el declive medido a principios de los 80. Los satélites han demostrado que la disminución de la capa de ozono de este año, medida entre agosto y octubre, tiene una extensión de 27,3 millones de kilómetros cuadrados. La extensión máxima de la reducción medida hasta la fecha era de 26 millones de kilómetros cuadrados, observada en septiembre de 1996. Además de la extensión, la disminución de la capa es una de las mayores observadas hasta el momento, es decir, además de la extensa "brecha de ozono": el 30 de septiembre el nivel de ozono bajó a 90 unidades Dobson, muy cerca del récord existente (el record es de 88 unidades Dobson, observado el 28 de septiembre de 1994 en la Antártida).
Los científicos, sin embargo, no creen que el agujero de ozono crezca, ya que saben que la disminución es consecuencia de la baja temperatura en la estratosfera, aunque este año no saben porqué la temperatura es más fría. La variación interanual de la anchura y profundidad del agujero de ozono está asociada a las variaciones de la situación meteorológica y, este año, la temperatura de las latitudes medias y polares del hemisferio sur (5-9ºF) es más fría de lo habitual, lo que provoca la activación de los compuestos de cloro presentes en la atmósfera que reducen los niveles de ozono.