El estado de salud de la momia humana de 5.000 años, hallada en el Tirol en 1991, no era muy bueno cuando fue cubierta por la nieve. Cuando se ha estudiado el cuerpo momificado de Otzi por rayos X se ha observado que tenía artritis dolorosa, costillas rotas y arterias endurecidas.
Por otro lado, presentaba estructuras esqueléticas poco visibles en el ser humano actual. Entre otras cosas, evitó 11 pares en lugar de 12 convencionales. Además, tenía el hueso de la ceja más grueso de lo normal, la tibia más larga y estrecha de lo normal y el agujero entre los anteriores. Estos errores no son habituales en el ser humano actual. Sin embargo, la presencia simultánea de todos en un solo ejemplar es sorprendente.
Además, presentaba artritis en cuello, espalda y cadera, lo que provocó un dolor crónico. Sin embargo, lo más sorprendente es que sus arterias y venas estén en proceso de calcificación. Este problema se ha atribuido hasta el momento a la dieta moderna y se consideraba que el tamaño de comida de la época iba a ser más sano que el actual. Si la nieve no hubiera pillado a Otzi, habría matado un infarto.