Un equipo de investigadores francés ha inventado un sistema de limpieza de bacterias hospitalarias. El sistema se basa en el dióxido de titanio y la luz ultravioleta. Si las bacterias entran en contacto con el dióxido de titanio y son expuestas a los rayos ultravioleta, se eliminan. La disolución del dióxido de titanio en el agua permite la muerte de bacterias acuáticas fácilmente. Pero si están en el aire, ¿cómo hacerlo para ponerte en contacto con el dióxido de titanio?
Para solucionar el problema, los investigadores han creado un tubo especial. El tubo está lleno de dedos de vidrio, lo que aumenta considerablemente la superficie. El tubo está sometido a rayos ultravioleta y hace pasar el aire por el tubo. Parece que todas las bacterias entran en contacto con el dióxido de titanio, lo que provoca su muerte. De momento se ha probado con Escherichia coli, pero también se quiere probar con Legionella neumophila, que genera graves problemas de salud en los hospitales.