Se lleva en la muñeca, lo que permite a los pacientes y adultos levantarse de la cama.
La pulsera envía la información a un ordenador a través de un transmisor y combate la confusión y la incomodidad de los monitores habituales. En opinión de muchos médicos, además, el hecho de que el paciente pueda desplazarse puede facilitar su curación.
El diseño también puede servir para medir datos como la temperatura corporal, la presión sanguínea, el nivel de azúcar en la sangre, etc. Además, el sistema puede avisar automáticamente si es necesario por el servicio sanitario.
Este monitor forma parte de un proyecto más amplio de sensorización corporal y de recogida y envío de información.