Ordenadores portátiles ¿con futuro?

Estos ordenadores tienen un límite, tienen que estar conectados a la corriente eléctrica y este es el inconveniente que se supera con los ordenadores portátiles, que funcionan por batería.

Los ordenadores utilizados en la mayoría de los lugares ya no tienen nada que ver sin moverse en un lugar fijo. Si es necesario, aunque no es muy recomendable, dentro de la oficina podemos trasladarlos de un puesto a otro sin mayores problemas. Pero estos ordenadores, conocidos como de sobremesa, tienen un límite, tienen que estar conectados a la corriente eléctrica y es precisamente el inconveniente que se supera con los ordenadores portátiles, que funcionan por batería.

Se trata de equipos pequeños (de 3.5 a 7 kg.), con pantalla líquida, de vidrio o de plasma, que en la actualidad son una herramienta imprescindible para el profesional obligado a desplazarse en algunos lugares, como los EEUU. Y también para los que quieren seguir trabajando en casa, claro.

En principio se puede decir que estas máquinas son capaces de realizar la mayor parte de los trabajos que realizan los ordenadores de sobremesa, teniendo siempre en cuenta la capacidad de memoria. En estas máquinas a mano, informes, etc. se pueden escribir y no sólo eso, sino también corregirlos e imprimirlos después o enviarlos a otro ordenador utilizando el módem.

En la actualidad, y al menos a nivel estatal, estos ordenadores no están muy extendidos; por un lado, porque todavía resultan bastante caros y por otro, porque el trabajo se hace principalmente en la oficina o en casa, no es normal que en viajes la gente se vea trabajando con el ordenador. Además, si se quiere trabajar en casa parece más adecuado comprar un microordenador de sobremesa teniendo en cuenta los precios.

Sin embargo, parece que en poco tiempo la clientela de este nuevo producto irá creciendo, sobre todo en el ámbito bancario y periodístico.

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