En junio de 2022, en el Parque Nacional de Gunung Leuser (Indonesia), los investigadores descubrieron que un orangután conocido como Rakus tenía una gran herida en la mejilla. Creen que luchó con otros machos. Tres días después, vieron la Fibraurea tinctoria recogida de hojas de la planta trepadora, masticando y aplicando repetidamente el jugo extraído en la herida y posteriormente cubriendo con hojas masticadas.
Las propiedades analgésicas y antipiréticas de esta planta son conocidas y contiene compuestos como el efecto antibiótico, antifúngico y antiinflamatorio, por lo que es ideal para la cicatrización de las heridas.
De hecho, los días siguientes pudieron comprobar que no había señales de infección y cinco días después la herida estaba cerrada.
En otros animales se ha visto que utilizan plantas como medicamentos. Por ejemplo, otros grandes monos ingieren determinadas plantas para tratar infecciones parasitarias y frotan la piel con las plantas para tratar los músculos dañados. Y recientemente se ha observado la colocación de chimpancés en las heridas. Sin embargo, la eficacia de estas acciones no se conoce. Y es la primera vez que se observa tratar una herida con una sustancia biológicamente activa.
Los investigadores están convencidos de que se trata de un comportamiento intencionado. De hecho, los orangutanes no comen habitualmente esta planta y además trabajó durante mucho tiempo. Lo que no saben es dónde y cómo ha aprendido ese comportamiento. Sobre todo porque hasta ahora no se han observado en el resto de orangutanes estudiados. Como en Orangután los machos se alejan mucho del lugar de nacimiento, una opción es que este comportamiento sea más habitual en el lugar de nacimiento de Rakus.