Entre las medidas que se están llevando a cabo para hacer frente a la emergencia climática, varios gobiernos locales están promoviendo la sustitución de vehículos con motor de combustión por eléctricos. Sin embargo, según los investigadores de la Universidad de Oxford, este cambio no es efectivo: si a partir de ahora todos los vehículos nuevos fueran eléctricos, se tardarían entre 15 y 20 años en sustituirlos. Por el contrario, caminar y montar en bicicleta es mucho más eficaz para reducir los gases de efecto invernadero y tiene otros beneficios: es más barato, más saludable, más limpio, más seguro y, a menudo, más rápido.
Estas afirmaciones se basan en una investigación conjunta con otros investigadores. En esta investigación se han analizado durante dos años los movimientos de 4.000 personas en diversas ciudades europeas (Londres, Antwerp, Barcelona, Viena, Orebro, Roma y Zurich). Se ha comprobado que la mitad de los viajes en coche son inferiores a 5 km y son fáciles de realizar a pie o en bicicleta. Las bicicletas eléctricas pueden recorrer hasta 10 km o más, y son especialmente útiles para personas mayores o en zonas inclinadas.
El impacto ambiental del cambio es evidente: la huella de carbono de quienes realizan viajes diarios a pie o en bicicleta es un 84% inferior a la de quienes se mueven de otra manera. Así, los investigadores señalan que las autoridades deberían tomar medidas para facilitar el tránsito a pie y en bicicleta por las ciudades.
El estudio, publicado en la revista Transportation Research, coincide con otro publicado a principios de año en The Lancet Planetary Health, en el que se declaró que poner la salud en el centro de las políticas climáticas salvaría millones de vidas.