Dos grupos de investigación independientes han conseguido invisibilizar objetos visibles a simple vista con cristales de calcita transparentes encima. Uno de ellos, el centro SMART de Singapur, ha conseguido que la calcita invisibilice un trozo de acero de casi cuatro centímetros bajo el agua. El otro, el Imperial College London, en cambio, ha conseguido invisibilizar en el aire objetos de unos pocos centímetros de altura. Este último grupo está liderado por el físico John Pendry, que en 2006 propuso por primera vez capas de invisibilidad.
Se denomina capa de invisibilidad a aquellos materiales que, apoyados sobre un objeto determinado, desvían la luz como si no estuviera dicho objeto. Y es que ese es el secreto de invisibilizar objetos: desviar la luz. Así, las capas de invisibilidad desvían la luz que entra y la que sale, y parece que la luz ha rebotado sobre la superficie que hay debajo de un objeto en lugar de hacerlo sobre él.
Aunque las primeras capas de invisibilidad fueron propuestas en 2006, sólo los objetos de la escala microscópica consiguieron hacerse invisibles y sólo eran invisibles en las longitudes de onda de las microondas. Las propias capas de invisibilidad eran, además, muy caras, ya que estaban formadas por complejas microestructuras de sílice.
La calcita que han utilizado ahora es un cristal que se produce de forma natural. Una de sus características diferenciales es que desvía diferente la luz polarizada que atraviesa el cristal según su orientación. De este modo, la "alfombra de invisibilidad" se ha formado con dos cristales de calcita adheridos que desviarán la luz entrante y saliente al máximo, y bajo ella se han introducido los objetos mencionados.