¿Cómo engaña el placebo al cerebro?

Para muchos, los placebos tienen un efecto psicológico, es decir, si se curan es porque el paciente cree en ello. Eso es todo. Sin embargo, los investigadores han demostrado que los placebos tienen una influencia física en el cerebro. Este efecto ha sido verificado mediante la técnica PET que permite visualizar la actividad cerebral.

De hecho, en el año 2002, investigadores del Instituto Karolinska comprobaron que el caudal sanguíneo aumenta en zonas con numerosos receptores opioides, proporcionando a los voluntarios placebos que dicen aliviar el dolor. Es decir, que tienen el mismo efecto que los medicamentos utilizados para eliminar el dolor.

Ahora, el equipo del investigador de la Universidad de Michigan, JonKar Zubieta, ha analizado la influencia de los placebos en los receptores opioides. Para ello han utilizado una molécula radiactiva que se une a los receptores opioides sueltos, lo
que les ha permitido ver cómo actúan los placebos sobre los receptores.

En el experimento han utilizado catorce voluntarios y han demostrado que con una inyección que supuestamente quita el dolor, en realidad no sienten dolor, aunque
la inyección no sea más que un suero. De ahí se deduce que las moléculas que mitigan el dolor, los opioides, son secretadas por el cerebro al tomar el placebo. Al asociarse estos a receptores opiodes, en las imágenes no aparecen receptores libres, ya que todos están unidos.

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