El dolor crónico se produce cuando se dañan los nervios de la columna y aumentan la respuesta al dolor. Esta enfermedad puede deberse al cáncer, a la artrosis o a los daños que sufran los nervios. Como consecuencia del daño, el paciente siente una punción suave como un cuchillo.
Para mitigar el dolor se utilizan analgésicos potentes como la morfina, pero con efectos secundarios nocivos. Por ello, el investigador de la Universidad Minnesota de Minneapolis, Patrick Mantyn, ha querido explorar una nueva vía para paliar el dolor. Estas neuronas afectadas utilizan una sustancia llamada P para comunicarse entre sí y se les ocurrió a los investigadores de Minneapolis que la transformaran para destruir los nervios dañados. Para ello, se asoció a la sustancia P la proteína tóxica que contienen las plantas de techo. Cuando la nueva sustancia bautizada como Neurona SP-SAP es tomada e introducida como P, queda envenenada e inutilizada. El tratamiento se ha probado con ratas y ha dado buenos resultados, y en 200 días el efecto del SP-SPA aún era evidente en las ratas. A diferencia de la morfina, las ratas tratadas conservaron la sensibilidad a los estímulos suaves, por lo que la sustancia SP-SPA no afectó a otros mecanismos que controlan el dolor.
Sin embargo, si este tratamiento se va a utilizar en humanos, será útil para pacientes terminales o muy especiales, ya que el dolor se suaviza mediante la destrucción de neuronas.