Efectos del efecto invernadero en el ámbito de la mecenazgo
Si las cosas no cambian mucho y la UNCTAD, el Seminario de Comercio y Desarrollo de la ONU, no cambia la tendencia, las autorizaciones de emisión de gases que calientan la atmósfera terrestre cotizarán como acciones en las Bolsas.
En una reunión celebrada en Praga el pasado mes de enero, la UNCTAD reunió a Japón, EEUU y EVE para intercambiar experiencias en materia de contaminación y así comenzar a organizar el mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono. Los citados Estados y asociaciones producen el 40% del dióxido de carbono procedente de la combustión de combustibles fósiles y no hay que olvidar la demanda del Seminario de Cambio Climático a todos los Estados, es decir, que las emisiones de dióxido de carbono del año 2000 deben ser las mismas que en 1990.
Ante esta situación, si se crea un mercado único, los gobiernos pueden delegar parte de sus derechos de contaminación en las empresas causantes de la contaminación y estas pueden vender o adquirir permisos entre ellas. Por ejemplo, las empresas altamente contaminantes tendrán que comprar los permisos a empresas limpias. Lo mismo puede suceder a nivel estatal. Si un Estado desarrolla una energía eólica o una red ferroviaria adecuada, por ejemplo, puede recuperar parte de los costes de infraestructura vendiendo los permisos sobrantes de contaminación a un Estado que produce una mayor contaminación.
Pero, ¿cómo organizar la distribución de licencias o qué opinión se utiliza para ello? Aunque puede haber muchas posibilidades, el criterio basado en la contaminación es el que más fuerza está adquiriendo, es decir, asignando toneladas de carbón por persona en la Tierra. Actualmente los EEUU emiten 5 toneladas por persona y China 0,5 toneladas. Por lo tanto, en este caso el EEUU debería comprar los permisos a China.
Zu idazle
Zientzia aldizkaria
