Mediante la ilustración con partículas magnéticas se ha conseguido representar en tres dimensiones y en tiempo real el flujo sanguíneo de un organismo vivo. Investigadores de la Royal Philips de Hamburgo inyectaron nanopartículas de óxido de hierro en la sangre de 18 ratones y utilizaron una técnica similar a la de la ilustración con resonancia magnética para obtener imágenes. Las imágenes por resonancias magnéticas no son adecuadas para la observación de tejidos blandos y fluidos, pero las partículas de óxido de hierro se ven muy bien en el cuerpo. La adaptación de la nueva tecnología para su uso en el cuerpo humano puede ayudar a diagnosticar enfermedades del corazón y cáncer, así como a monitorizar la respuesta corporal a los tratamientos.