El cepillo más pequeño del mundo se ha inventado en el Instituto Politécnico Rensselaer de Nueva York. Las crines del nanocepillo son nanotubos de carbono de 30 mil millones de metros de diámetro. Para mover las cerdas desde el mango hacia la cabeza, tiene una tapa de oro. Aunque es muy pequeña, es muy dura, pero también flexible. Además, al igual que otros cepillos, sirve para muchas cosas: para limpiar el nanofibor, para pintar nanoestructuras... Es capaz de transportar electricidad y cree que también puede ser útil en medicina.