Los científicos han creído durante mucho tiempo que los segmentos de ADN mitocondriales no se intercambian. Esta supuesta estabilidad ha sido, además, fundamental en muchos estudios evolutivos. Parece, sin embargo, que esta convicción es errónea y puede poner en duda, por ejemplo, muchos descubrimientos sobre la evolución.
Hasta ahora se pensaba que el ADN de las mitocondrias era recibido sólo por la madre, sin mezclarlo con el de su padre. En consecuencia, los investigadores consideraban que los únicos cambios eran mutaciones espontáneas. Como se puede prever su ritmo de suceso, el intervalo de tiempo entre dos que utilizaban las diferencias existentes entre un hombre antiguo y uno moderno era el que determinaba cuándo se produjeron las divergencias.
Sin embargo, hace unos años se descubrió que un hombre había recibido este tipo de ADN de su padre. Ahora han realizado más estudios y han encontrado evidencias de intercambio entre segmentos. Todavía no saben cómo o a qué velocidad se produce este proceso.