Los inhibidores de la enzima farnesiltransferasa (FTI) se utilizan para curar ciertos cánceres. Ahora, los investigadores de la UCLA han demostrado que pueden ser beneficiosos contra la progencia.
La progeria es una enfermedad rara y curiosa. Calculan que en el mundo hay unas 50 personas que luchan contra el reloj. Y es que, como consecuencia de una mutación en un gen, desde edades tempranas presentan síntomas típicos de la vejez: arrugas, pelos raros... También sufren otras alteraciones que mueren en la adolescencia.
El FTI influye en los errores debidos a la mutación de este gen. Hasta el momento se ha utilizado para el tratamiento de algunos cánceres y, por su baja toxicidad, existe la posibilidad de que se los entreguen a los niños.
La investigación se ha realizado con los ratones y han comprobado que el FTI previene la osteoporosis, el crecimiento lento y la pérdida de fuerza. Más aún, en el tratamiento de 20 semanas sólo murió uno de los 13 ratones tratados. Por el contrario, 6 de los 14 ratones que no recibieron tratamiento murieron en ese tiempo. Por supuesto, para probarlo en humanos se necesitarán más tiempo e investigaciones, pero han abierto el camino de la esperanza.