La concentración de metano en la atmósfera ha aumentado más que nunca en los últimos cinco años y actualmente dos tercios del metano que se vierte a la atmósfera proviene de actividades humanas como el uso de combustibles fósiles, la ganadería o los vertederos. Estos resultados se han dado en un trabajo que acaba de ser publicado en la revista Environmental Research Letters.
Tras el CO2, el metano (CH4) es el segundo gas de efecto invernadero más importante. En la década de 2010 aportó 0,5 °C al calentamiento global; dos tercios de la aportación de CO2, según cálculos del IPCC. Así, en la iniciativa Global Methane Pledge (GMP) más de 150 países se han comprometido a reducir un 30 % las emisiones de metano durante esta década, pero no parece que estemos en camino de conseguirlo, según los últimos cálculos.
La investigación ha sido realizada por investigadores de Global Carbon Project, que también han recogido datos del metano entre 2000 y 2020. El informe señala que las emisiones anuales del metano han aumentado un 20% en las dos últimas décadas. Este aumento se debe principalmente a la minería del carbón, a la producción y el uso del petróleo y gas, a la ganadería de vacas y ovejas, y a los vertederos de residuos orgánicos.
Actualmente, la agricultura y la ganadería son la principal fuente de metano antropogénico, con un 40%. La actividad de combustibles fósiles supone el 34% de los vertidos, mientras que los vertederos y la quema de biomasa suponen el 19% y el 7% respectivamente.
Los investigadores han advertido de que la tendencia actual nos lleva a un calentamiento global de más de 3 ºC a finales de siglo, y que es necesario abordar seriamente el compromiso adquirido en Global Methane Pledge.