Investigadores de Estados Unidos y Suiza han desarrollado conjuntamente un método de compactación de metales. La emisión de ondas de presión provocadas por un láser de alta energía contra el metal ha permitido comprimir el metal en aproximadamente un 20%. A escala microscópica, los metales no son continuos ni rígidos, sino mosaicos de cristales diminutos. Las ondas de presión crean grietas en los cristalinos y el material se compacta. La consecuencia es un metal ultrarrápido. De momento, esta técnica se ha podido aplicar en cantidades muy pequeñas de metales.