Varios fumadores que han sufrido un infarto cerebral han dejado de fumar como consecuencia del infarto. La investigadora estadounidense Antoine Bechera ha identificado catorce casos y ha comprobado que este efecto se ha producido cuando el infarto afecta a una parte concreta del cerebro, el insulante.
Parece ser que los pacientes han perdido totalmente su afición al tabaco, por lo que Bechera cree que esta parte del cerebro está relacionada con la adicción. Según una hipótesis en desarrollo, la dependencia es consecuencia de un desequilibrio entre dos sistemas neuronales. La insula cerebral forma parte de uno de estos sistemas, el sistema reflexivo, pero la mayoría de las investigaciones se centran en el otro, el sistema impulsivo. Bechera propone que habría que investigar ambos sistemas. Los resultados indican que en un futuro puede tratarse la dependencia con una porción de cerebro desactivada.