¿Sabías que los caracoles tienen mucho que hacer para resucitar el desierto? C. G. Jones y H. Los investigadores israelíes Shachak analizan el dibujo más abundante del desierto de Negev. En este desierto israelí el más común es la especie de Euchondrus albulus marraskilo. Sale de su refugio de noche y se alimenta del líquen que cubre las rocas.
A la mañana, estos gasterópodos se meten entre piedras y allí se defienden. Mediante ensayos de laboratorio se ha comprobado que el 27% de los nitratos acumulados por los líquenes se devuelven al suelo tras la defecación. El defecar bajo las rocas es muy bueno para el crecimiento de las plantas. Los orificios situados debajo de las rocas son apropiados para el asentamiento de ciertas especies vegetales, ya que en ellos se mantiene un bajo grado de humedad.
Por tanto, los caracoles, junto con otras especies ornamentales (hormigas, termitas, etc.), son elementos preciosos para la transformación de los desiertos.